Mostrando entradas con la etiqueta Matemáticas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Matemáticas. Mostrar todas las entradas

viernes, 22 de junio de 2007

Números

Me piden que cuente cómo funciona eso de la numeración hexadecimal. Trataré de no aburrir.

UnukTodo empezó con Unuk, troglodita de profesión y homo-sapiens aficionado, dándole vueltas a un asunto que le traía de cabeza desde hacía unas lunas. Verán, Unuk estaba seguro de que tenía más pieles de oso cavernario que Doshek, su vecino de la cueva de al lado, porque era evidente que su montón era más grande. Sin embargo, cuando trató de presumir ante Tresuka, se quedó tan sin palabras como un vulgar antropoide al tratar de explicarle cuánto más grande era su montón.

Así que allí llevaba un buen rato intentando inventar los números o algo que le permitiera cuantificar las cosas exactamente.

Empezó a pasar las pieles desde el montón a otro sitio y cada vez que movía una piel se le ocurrió estirar un dedo de la mano. ¡Aquello funcionaba! Resultó que tenía "todos los dedos menos el gordo y el pequeño" pieles. Para abreviar, decidió que eso eran tres pieles, en homenaje a Tresuka.

Se fue luego a la cueva de Doshek y, cuando éste no miraba, movió sus pieles de sitio contando con los dedos como había hecho con las propias. Resultó que Doshek tenía "el dedo gordo y el de al lado" pieles. ¡Menos que él!, como siempre había sospechado. Llamó a esta cantidad dos, por ser las pieles que tenía Doshek.

Un problema mucho más complicado surgió poco tiempo después dentro de la incipiente ciencia de las matemáticas iniciada por Unuk. Un día en que Tresuka, ya felizmente unida a Unuk por los sagrados lazos del garrotazo, le estaba despiojando, se puso a contar los bichos que ella iba dejando aplastados sobre una piedra y se quedó rápidamente sin dedos en una mano lo que le obligó a empezar a utilizar la otra. Estiró el pulgar, el de al lado, el otro, el otro... ¡Ya le quedaba solamente el pequeño! ¿Qué haría después? ¿Contar con los dedos de los pies? ¡Imposible! ¡No podía estirar y encoger los dedos de los pies como un vulgar australopiteco! ¡Él era un cromañón! Y orgulloso de serlo, además.

Así que cogió un palo y, tras estirar el último dedo, hizo una marca en el suelo y empezó a contar con los dedos otra vez desde el principio, como si no hubiera pasado nada. Al terminar la sesión de despiojado, comprobó que tenía dos marcas en el suelo y tres dedos estirados. ¡Veintitrés bichos!, exclamó ufano. ¡Seguro que muchos más que Doshek! ¡Ja!

Igual me he dejado llevar un poco pero... más o menos debió ser así. La circunstancia de que el ser humano tenga diez dedos seguramente ha influido enormemente en el hecho de que numerosas culturas hayan adoptado el diez como base de numeración aunque, a pesar de ello, no debemos dejarnos engañar por las apariencias y considerar que es algo "natural". Al contrario. La elección de una base de numeración es algo totalmente arbitrario. Muchas otras culturas, a lo largo de la historia, han elegido otros números como bases de sus sistemas. Aún podemos percibir los ecos de esas culturas en la nuestra si consideramos que los huevos aún se cuentan por docenas (conjuntos de 12) y no por decenas (conjuntos de 10) o que en una hora hay sesenta minutos y no diez o cien, como sería de esperar.

El caso es que estamos tan acostumbrados a utilizar el sistema de numeración decimal que nos parece completamente fuera de lugar utilizar otra base. Los programadores de ordenadores no piensan lo mismo, claro, acostumbrados a utilizar sistemas con base 2 (binario), 8 (octal) ó 16 (hexadecimal).

¿Pero qué significa eso de "base de numeración"? No queda más remedio que hacer otro poco de historia y contar una de romanos.

Los romanos, como los griegos antes que ellos, utilizaban las letras de su alfabeto para representar los números. La I representaba el 1, la V el 5, la M el mil, etc. Cuando querían representar una cantidad, simplemente iban agregando las letras adecuadas hasta alcanzar la cifra deseada. Por ejemplo, la cifra 2.007 se representaría como MMVII.

En principio, dado que cada letra tiene un valor propio, no hace falta disponer las letras de ninguna forma determinada (aunque suelen utilizarse ciertas convenciones que no detallaré ahora). Para leer el número basta con sumar los valores de todas las letras:

M+M+V+I+I = 1000+1000+5+1+1 = 2007

Este sistema, aunque sencillo en apariencia, hace muy complicado cualquier cálculo, sobre todo si están implicadas cifras relativamente grandes. Hagan la prueba e intenten hacer una operación matemática, aunque sea sencilla, con números romanos. Una locura.

La introducción y asimilación de los "sistemas posicionales" en los que los números, además de tener un valor por sí mismos, adquieren otro valor simbólico dependiendo de la posición que ocupan en la cifra supuso un cambio tan radical en la Europa medieval que, en un principio, se llegó a considerar si no sería cosa de brujería algo que permitía resolver tan fácilmente, cálculos que eran tan complicados hasta entonces.

Veamos sucintamente cómo funciona un sistema posicional, aunque supongo que lo saben de sobra.

Con el sistema de numeración romano, en una cifra como por ejemplo III, las tres íes valen 1, cada una, independientemente de la posición que ocupan mientras que en el nuevo sistema decimal (que es de tipo posicional), en la cifra 111, el uno de más a la derecha vale, efectivamente, 1 pero el siguiente vale 10 y el de más a la izquierda vale 100. Esto es así a resultas de utilizar el 10 como base pues cada posición tiene un valor que es igual a una potencia de 10.

De derecha a izquierda, los valores de cada posición son estos (el símbolo ^ representa la operación de exponenciación, es decir, se lee como "elevado a"):

10^0 = 1 (unidades)
10^1 = 10 (decenas)
10^2 = 100 (centenas)
10^3 = 1.000 (millares)
10^4 = 10.000 (decenas de millar)
10^5 = 100.000 (centenas de millar)
etc.

De esta forma, la cifra 2.047 representa la siguiente operación (el * representa la multiplicación):

2*10^3 + 0*10^2 + 4*10^1 + 7*10^0

O, lo que es lo mismo: 2*1000 + 0*100 + 4*10 + 7*1

O sea: 2000 + 0 + 40 + 7

En definitiva: 2.047

He mantenido indicada, a propósito, la operación con ese cero en las centenas para hacer resaltar la extrema importancia del cero en los sistemas de numeración posicionales.

Pero tampoco voy a extenderme mucho más porque me da la impresión de que me estoy pasado con el nivel de detalle. Ya sé que son cosas archisabidas, pero me parecía importante recordarlas para comprender lo que viene a continuación que es, ¡por fin!, a donde quería llegar desde el principio.

El sistema "hexadecimal", utiliza el 16 como base de numeración lo cual quiere decir que los valores de las posiciones vienen dados por potencias de 16 y no de 10 como ocurría antes con el sistema decimal. De derecha a izquierda, los valores de las posiciones son las siguientes:

16^0 = 1 (cualquier número elevado a cero da como resultado 1)
16^1 = 16 (cualquier número elevado a uno da como resultado el mismo número)
16^2 = 256
16^3 = 4.096
16^4 = 65.536
16^5 = 1.048.576
etc.

De este modo, la cifra hexadecimal &2047 representa la operación:

2*16^3 + 0*16^2 + 4*16^1 + 7*16^0

O, lo que es lo mismo: 2*4096 + 0*256 + 4*16 + 7*1

O sea: 8192 + 0 + 64 + 7

En definitiva: 8.263

He usado el símbolo & para indicar que se trata de una cifra en base hexadecimal y no el número decimal 2.047. Como hemos visto, dicha cifra equivale a ocho mil y pico en decimal.

Hay un problemilla que aún hay que resolver y es que, al utilizar la base 16 necesitamos 16 símbolos distintos para los 16 primeros números (del cero al quince).

Para los diez primeros (del cero al nueve) no hay problema pues podemos usar los viejos y conocidos números arábigos pero para los números del 11 al 15 se necesitan símbolos nuevos. En realidad, en vez de andar inventando símbolos, se acordó que se utilizarían las letras del alfabeto latino, de la A a la F de modo que A tiene valor 10, B es 11, C es 12, D es 13, E representa al 14 y F al 15.

A modo de ejemplo, el número hexadecimal &B2F será, por tanto:

11*16^2 + 2*16^1 + 15*16^0 = 2816 + 32 + 15 = 2863

El uso de este otro sistema "alternativo", que puede parecer un poco tonto, tiene su importancia en matemáticas y, sobre todo, en informática donde el manejo de números grandes se simplifica notablemente usando base 16. Sí, sí, los ordenadores utilizan el binario, que es base dos, pero resulta que 16 es una potencia de dos (2^4=16) por lo que pasar de una base a otra es muy sencillo y cada grupo de dos dígitos hexadecimales, representa a un grupo de 8 dígitos binarios, o, como se dice en el argot, un byte.

¡Qué lejos parece quedar de esto de los bytes y del mundo digital el pobre Unuk! Pues no se crean: dígito, que es sinónimo de número, viene de la palabra latina "digitus", que no significa otra cosa que "dedo".

viernes, 15 de junio de 2007

Pi-pi

Es que esto de internet es la leche: uno puede encontrarse casi cualquier cosa. Esta mañana he estado alucinando un rato con los desvaríos de un tipo que pretendía demostrar que la "ciencia oficial" está equivocada y que la cuadratura del círculo no sólo es posible sino que implica que el valor de pi tradicionalmente aceptado (ya saben 3,141592...) es erróneo.

Lo de la cuadratura del círculo podría ser tema de una futura entrada pero de lo que quiero hablar hoy es del número pi. Vamos a ver si consigo hablar de matemáticas sin parecer que hablo de matemáticas para no aburrir a la gente de letras.

Empecemos por refrescarnos la memoria para ver qué es pi y por qué tiene ese valor de 3,14 y no otro cualquiera.

Todo empezó en la Grecia clásica, con aquellos tipos tan listos que iban todo el día envueltos en sábanas y con coronas de laurel en la cabeza. Estaba uno de ellos en el ágora, que viene a ser el equivalente griego a la plaza de un pueblo castellano cualquiera, sólo que sin Casa Consistorial ni cuartel de la Guardia Civil, y empezó a dibujar redondeles en la arena con un palo, supongo que para distraerse mientras a alguien se le ocurría inventar la PlayStation.

Así que hizo un círculo pequeño, otro un poco más grande, otro más grande... y así estuvo un buen rato hasta que otro griego que pasaba por allí vio aquello y dijo: ¡tate! (o ¡coño! o ¡eureka! o algo parecido, aunque puede que el del eureka fuera otro, no me hagan mucho caso). La exclamación se debió, en todo caso, a que acababa de caer en la cuenta de que cuanto mayor era el diámetro del redondel, tanto más grande era el perímetro de éste, es decir, lo que formalmente se llama "circunferencia". Dicho de otro modo, la longitud de la circunferencia es igual a su diámetro multiplicado por "algo".

Para los despistados: el diámetro de una circunferencia mide el doble que su radio y un radio todo el mundo sabe lo que es porque todo el mundo ha tenido bicicleta, ¿no? (si alguien le llamaba "rayo" también vale, es eso mismo).

Pero los griegos aquellos, así, de primeras, todavía no sabían a cuánto equivalía ese "algo" por lo que se pusieron a medir con cordeles (aún no se habían inventado ni las cintas métricas ni, mucho menos, los medidores láser) las longitudes y diámetros de un montón de circunferencias y resultó que ese "algo" que se obtenía al dividir ambos datos entre sí, era siempre tres y un poco. ¡Y siempre obtenían el mismo resultado cualquiera que fuese la circunferencia medida!

Pueden hacer un sencillo experimento. Tomen una moneda y un trozo de hilo y rodeen el canto de la moneda con el hilo, cortando la longitud exacta de hilo necesaria para ello. Este trozo de hilo, por tanto, representa (es) la longitud de la circunferencia de la moneda. Ahora extiendan ese trozo de hilo completamente recto sobre una superficie plana y situen monedas sobre él, canto contra canto, a lo largo del hilo. Si no han hecho trampa (las monedas tienen que ser del mismo valor que la utilizada en primer lugar, no vale usar primero una moneda de un euro y después una moneda de 5 somonis de Tayikistán) habrán observado que es posible colocar sobre el hilo extendido tres monedas y aún sobra un trocito de hilo en el que no cabe una cuarta, es decir, sobre la longitud de la circunferencia hemos podido colocar tres y pico veces el diámetro de la misma.

Pues con ese sencillo procedimiento, damas y caballeros, acaban ustedes de calcular el valor del número pi. O una aproximación de dicho valor, mejor dicho, ya que eso de "tres y un poco" no es muy exacto que digamos (aunque, de hecho, es más exacto que el valor que viene en libros tan antiguos como la Biblia, por ejemplo, donde se indica que el valor de pi es tres).

En realidad, cualquier valor calculado para pi es una aproximación más o menos exacta ya que se ha demostrado recientemente (tan recientemente como a finales del s.XIX) que pi es lo que se llama "un número trascendental", lo cual, hablando en plata, quiere decir más o menos que tiene un número infinito de decimales (en realidad lo que significa es que no puede ser expresado como solución de ningún polinomio con coeficientes racionales, pero no me negarán que dicho así suena a galimatías de los gordos).

Métodos para calcular pi hay muchos pero, si bien se mira, todos ellos viene a ser variantes más o menos sofisticadas del que hemos descrito con el hilo y las monedas. Claro está que, hoy en día, con la potencia de cálculo que nos brindan los ordenadores, mucho mayor que la que pueda tener cualquier señor, por griego que sea, midiendo trocitos de hilo con una cinta métrica, se ha llegado a calcular el valor de pi mucho más precisamente, llegándose hasta los mil millones de dígitos decimales. Aunque sobra decir que dicha cantidad de decimales es insignificante comparada con el concepto de infinito, representa una precisión que es más (mucho más) que suficiente para cualquier cálculo, por preciso que éste haya de ser. De hecho, para andar por casa es suficiente el 3,1416 de toda la vida.

Pues a lo que íbamos desde el principio. El valor de pi no es algo que "la ciencia oficial" diga que tiene que ser así o asá, como hemos visto a lo largo de este rollo que he soltado. El valor de pi forma parte de la estructura del Universo, de cualquier universo que pudiera existir, me atrevo a decir, porque forma parte de la naturaleza misma de los círculos y circunferencias, si se me permite el exceso de hablar de la "naturaleza" de una figura geométrica. Quiero decir con ello que es tan absurdo que pi pudiera tener otro valor, como absurdo e inimaginable es suponer que no existieran los círculos pues una cosa implica la otra, ni más ni menos, por más que estos gurús de lo para-anormal se empeñen en elaborar estúpidas "demostraciones" para contradecirlo.