viernes, 12 de octubre de 2007

Navegante


Casi un mes ya desde nuestra partida con rumbo a lo inexplorado. Atrás dejábamos entonces la fresca brisa de nuestra patria y los familiares aromas del hogar en busca de fama y, acaso, riquezas en un mundo nuevo. El estímulo de la aventura nos hacía mirar las estrellas con excitación apenas contenida a medida que las formas familiares de las constelaciones dejaban paso a otras distintas. Nuevas. Desconocidas. Fascinantes. Todo iba bien hasta que la nave sufrió la rotura que la detuvo en esta zona ignota que no figura en mapa alguno.

Cartographer (Donato Giancola)
A falta de una estrella de referencia de la que poder extrapolar nuestra posición, las computadoras de navegación no pueden decirnos cómo salir de esta remota parcela de la galaxia. Debo intentar trazar nuestra derrota manualmente, como antaño hicieron otros navegantes antes que yo. Será una enorme ironía del destino que de entre todos estos rudos aventureros del espacio venidos de cien planetas distintos sea yo, una sencilla mujer de la Tierra, quien salve esta misión del desastre.